¿SUSTANCIAS "INDESEABLES" EN LOS COSMÉTICOS? Capítulo 2
En esta segunda
entrada abordaré otras sustancias sobre las que con frecuencia surgen dudas o
miedos ante su presencia en cosméticos.
Ftalatos y tolueno: ¿Es cierto que se incluyen en algunos
cosméticos, como el esmalte de uñas, y pueden al inhalarse pasar a la sangre y
generar un efecto tóxico? ¿Pueden estas sustancias ser irritantes para los ojos
y provocar fatiga y dolores de cabeza?
Las sustancias listadas en este punto están muy restringidas
en cosmética.
El tolueno es un disolvente autorizado en productos para
uñas (https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2009-11601), pero es
extraordinario encontrarlo hoy por hoy en los productos comercializados en la
Unión Europea.
El único ftalato autorizado a nivel europeo es el DEP o
dietil-ftalato. El resto de ftalatos están prohibidos, aunque pueden
encontrarse en mínimas trazas en algunos perfumes, en concentraciones
extremadamente bajas. Según la opinión de expertos, los cosméticos sujetos a la
regulación de la UE son seguros en este sentido
(http://ec.europa.eu/health/ph_risk/committees/04_sccp/docs/sccp_o_106.pdf).
Sales de aluminio: ¿Pueden estas sales,
presentes en antitranspirantes y desodorantes, penetrar en la piel y provocar
enfermedades como el cáncer de mama o la enfermedad de Alzheimer?
Las sales de aluminio (la que se emplea con más frecuencia
es el cloruro de aluminio hexahidratado) tienen un efecto antitranspirante y
pueden a la larga ayudar a disminuir el exceso de sudor. No tienen efecto directo
contra el mal olor (este se debe a la presencia de determinadas bacterias que
descomponen el sudor y producen el mal olor).
Estamos expuestos diariamente a productos con aluminio
(incluyendo productos alimentarios). Hoy por hoy no existen pruebas que
confirmen una relación entre el uso de antitranspirantes/desodorantes con estas
sales (en condiciones de uso normal) y el cáncer de mama
(https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27755864) o la enfermedad de Alzheimer
(https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25233067).
Parafinas: Se pueden encontrar en algunas
hidratantes. ¿Es cierto que pueden ser nocivas para la piel? ¿Hay riesgo de que
exista absorción y efectos sistémicos?
Las parafinas son ceras minerales que tienen poca capacidad
de generar alergias, pero su uso continuado puede llegar a "taponar"
los poros de la piel y producir comedones (puntos negros) y lesiones tipo acné
en algunas personas.
No es cierto que "extraigan la humedad" como se
dice en ocasiones: lo que hacen las parafinas es retener el agua de la piel y
evitar su evaporación, mecanismo a través del cual mantienen la hidratación
(http://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-hidratacion-cutanea-sustancias-hidratantes-10022010).
Tampoco existe evidencia que demuestre que el uso en la piel
de parafinas tenga una absorción sistémica (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28789996).
Parabenos, metilisotiazolinona/metilcloroisotiazolinona
y otros conservantes: ¿Pueden
los conservantes empleados en la cosmética favorecer la aparición de alergias?
Los conservantes permiten la estabilidad y adecuada duración
de los cosméticos, además de prevenir que puedan contaminarse con
microorganismos. Cuando se deja de usar un conservante "tradicional",
habitualmente se sustituye por otros que es posible que no ofrezcan las mismas
garantías al existir menos experiencia de uso.
Un ejemplo de conservante con “mala fama” son los parabenos, que la han tenido por
diferentes motivos, como las noticias que los han vinculado con determinados
tipos de cáncer. Aparte de no haber actualmente ninguna evidencia de su
asociación con la aparición de cáncer, son conservantes que raramente producen
alergias. Asimismo, en la UE su uso se encuentra restringido a algunos y a
concentraciones relativamente bajas en cosméticos.
Probablemente los conservantes que más han dado que hablar
entre los dermatólogos que estudiamos las alergias cutáneas son la metilisotiazolinona y la
metilcloroisotiazolinona (que combinadas se conocen con frecuencia como Kathon),
moléculas que parecían seguras inicialmente al ser usadas en concentraciones
bajas, pero que en los últimos años han dado lugar a una verdadera
"epidemia" de alergia a la metilcloroisotiazolinona/metilisotiazolinona.
Ello ha motivado que se tomen medidas desde las agencias reguladoras de cara a
limitar al máximo su uso en productos de uso personal.
Para finalizar, otros conservante que podría estar entre los
que listan, el iodopropinilbutilcarbamato
(IPBC), tuve oportunidad de estudiarlo hace unos años en la población danesa (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23869727).
Este conservante se emplea de forma excepcional hoy en día en productos cosméticos
a nivel europeo, y el hecho de que aquí haya muy pocos casos de alergia a este
producto demuestra cómo en la UE se trata de velar por la salud de los
consumidores regulando de manera estricta la utilización de compuestos en los
productos cosméticos.
Así pues, no creo que los consumidores europeos deban
estudiar concienzudamente las etiquetas de sus cosméticos para desechar cualquier
producto que contenga sustancias o conservantes con nombres o prefijos relacionados si no tienen una alergia.
En cualquier caso, si aparecen síntomas que puedan sugerir
una alergia (rojez, descamación, picor... ante la aplicación de determinados
productos), es fundamental consultar con el dermatólogo para determinar si existe una alergia/sensibilización y
estudiarla convenientemente.
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