¿POR QUÉ NO SE DEBEN "TOCAR" LOS GRANOS (O LESIONES DE ACNÉ)?

Todos hemos oído en alguna ocasión a padres, abuelos o conocidos decir “no te toques los granos”. Por si fuera poco, los médicos –y de forma especial los dermatólogos, dado que el acné llega a constituir un porcentaje cercano al 25% de nuestras consultas generales– también pronunciamos una oración de similar significado.

Y es que, cuando uno manipula una lesión de acné, especialmente sin las condiciones higiénicas adecuadas, corre el riesgo de:

- Inflamación: La manipulación de una lesión de acné conlleva la atracción de células inflamatorias a la lesión, y la consecuente aparición de rojez, hinchazón y molestias.

- Infección: Esa inflamación puede guardar relación con la colonización de una lesión por microorganismos (especialmente bacterias presentes en las manos). Una infección local puede ser fácilmente solventable si se consulta de forma temprana, pero en ocasiones pueden aparecer abscesos (colecciones de pus) que han de ser tratados quirúrgicamente en consulta o en quirófano.

- Manchas: Toda inflamación puede acompañarse, sobre todo en pieles con facilidad para broncearse, de manchas oscuras o claras (hiperpigmentación o hipopigmentación postinflamatoria).

- Cicatrices: La manipulación puede generar excoriaciones (abrasiones de las capas superiores de la piel), que con frecuencia dan lugar a cicatrices inestéticas.

Por tanto, se ha de resistir la tentación de manipular las lesiones de acné (esto es, “no se deben tocar los granos”), pues las aparentes ventajas son claramente superadas por los múltiples inconvenientes que puede causar.


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